08 - Fuego de campamento


Prefiero una silla de montar antes que un tranvia, el cielo estrellado antes que un techo, la senda oscura y dificil que conduce a lo desconocido antes que una carretera de asfalto, y la profunda paz de la naturaleza antes que el descontento que alimentan las ciudades.

Everett Ruess

Después de una semana con calefacción, retomamos la marcha. Nos levantamos a nuestra hora, preparamos nuestras cosas y salimos. Desolados, nos despedimos de una ciudad que nos ha brindado su encanto, ha forjado buenos recuerdos y nos ha regalado grandes amigos. Pero las autopistas francesas nos llaman con más fuerza.

Cogemos el tranvía que nos deja fuera de la ciudad y caminamos hasta una rotonda con salida a una carretera de circunvalación. Allí paramos a un ciclista para preguntarle por la mejor opción para salir hacia París al que debemos caer bastante bien, ya que se ofrece a volver a casa a por su coche para acercarnos a la autovía.

Antes de darle tiempo a cumplir su palabra, conseguimos parar a un desempleado francés que nos acerca un buen tramo. Más tarde, un chico joven con la tapicería de su coche repleta de pegatinas de Quicksilver nos adelanta unos kilómetros y nos deja en medio de la autovía, en un área de emergencia donde poder sacar de nuevo el dedo.

Tras un buen rato sin demasiado éxito, decidimos inspeccionar el lugar. Nos separamos. Uno de nosotros espera en el área de emergencia mientras el otro escala una ladera de difícil acceso a un lado de la carretera par terminar aventurándose en un campamento rumano. Después de preguntar por gasolineras y peajes cercanos, termina por subirse a un coche con una pareja que promete acercarle a un lugar mejor, recogiendo antes a su compañero.

Estando juntos de nuevo en el coche, comienza a preocuparnos la dirección que toman y les pedimos que nos detengan en cualquier parte. Nos apeamos cerca del lugar donde nos dejó el primer conductor: parece que nos toca rehacer camino a pie. El azar pone a nuestra disposición un carrito de bebé que usaremos para descansar los hombros. Por un camino paralelo a la autopista, nuestro montacargas sufre un contratiempo en la bajada de una ladera algo accidentada y pierde una rueda. Terminamos pasando el campamento y continuamos en busca de un peaje.

Después de andar unos kilómetros y sin vislumbrar nuestra parada esperada, nos recoge en su furgoneta un transportista que se dirige a un pueblo al norte de París. Mientras uno de nosotros recarga energías y descansa la vista, el otro habla por los codos con el conductor sobre las regiones de Francia, el estilo de vida de San Francisco, el Real Madrid y el París Saint Germain.

Decidiremos bajarnos en un peaje que se desvía hacia Chartres, donde pretendemos hacer noche. Nos disponemos a explorar el terreno en busca de un buen emplazamiento para montar la tienda y encontramos el lugar perfecto. Tras discutirlo detenidamente, decidimos hacer una hoguera. A la luz de la lumbre, bajo el cielo oscuro y estrellado, terminamos la jornada con una sonrisa en la cara.


Mapa de ruta:


Transición de fotos:
08 - Fuego de campamento


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