18 - Stir it up


Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino un forma nueva de ver las cosas.

Henry Miller

Nos despertamos con Stir It Up de Bob Marley sonando en los altavoces de la residencia neozelandesa. Almorzamos con una sonrisa en la cara y pasamos la mañana conociendo algo más de nuestro anfitriones, compartiendo historias y recordando la pasada noche.

El tiempo se nos pasa volando cuando estamos con buena gente y nos  despedimos de ellos a media tarde, no  sin antes escuchar unas últimas baladas de manos del guitarrista. De camino a la estación, descubrimos el excelente fichaje que hemos adquirido para nuestro equipo: nuestro amigo venezolano no sabe lo que es la vergüenza y enseguida entra en la dinámica de hablar con todo el mundo para ayudar a cubrir nuestras necesidades.

A la salida del metro nos encontramos con el primer problema: la seguridad del transporte público nos pilla haciendo trampas y debemos separarnos para evitar perder mas tiempo esperando a la policía.

Juntos de nuevo en King Cross, esta vez conseguimos entrar en un tren con destino a Margate y desde allí cogemos otro a Dover. Según salimos de la estación, escuchamos la música procedente de un bar cercano y al distinguir al inconfundible Bob Marley con la canción a la que asociamos nuestra suerte pasada, decidimos entrar.

No sabemos a qué clase de magia responde esto, pero en los próximos diez minutos tenemos una jarra de cerveza en la mano y un empresario que afirma ser millonario se está ofreciendo a pagarnos una habitación de hotel. Nos quedamos un rato en el bar arropados con todas las nuevas caras que pasarán a formar parte de alguna manera en nuestra aventura y, cuando empieza a hacerse tarde, decidimos aprovechar que tenemos una ducha caliente y una cama para descansar. Sólo nos queda decir Stir It Up.


Mapa de ruta:


Transición de fotos:
18 - Stir It Up


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